Un caso de tres perros (Su Majestad, la reina investigadora 2)

Opinión:

Ya dije en la reseña de "El nudo Windsor" que la figura de la anciana reina de Inglaterra convertida en una investigadora de crímenes aficionada era un auténtico puntazo. En "Un caso de tres perros", S. J. Bennet repite la fórmula con un nuevo caso para ella, completamente distinto al anterior, ya que este implica una trama de asesinato, otra relacionada con una serie de cartas de acosadores al personal y otra de robo de obras de arte dentro de palacio.

Como en el libro anterior, la reina tiene además numerosas obligaciones y debe averiguar lo que ha pasado sin que sus hombres de confianza se enteren de sus pesquisas, para lo que se valdrá de Rozie de nuevo, junto con un fiel servidor que está retirado pero siempre está dispuesto a hacer averiguaciones para ella. En este caso, la trama genera situaciones de peligro, ya que los implicados no tienen ningún escrúpulo.

Al haber tres frentes abiertos, es muy ameno, sobre todo cuando Rozie empieza a recibir también las cartas y tiene que internarse en zonas poco frecuentadas del palacio, con el riesgo que eso conlleva. Es un ritmo muy bueno, con momentos de respiro para el lector cuando nos asomamos a la vida cotidiana de la reina y su familia, con escenas muy tiernas con su marido. También conocemos más a fondo el backstage de la vida del palacio, que en el fondo se cae a pedazos y que emplea a muchísimas personas.

Lo bueno de este libro es que también conocemos un poco mejor a Rozie, que por su origen afroamericano tiene que soportar algunas situaciones racistas. Es un personaje muy potente y me ha gustado cómo se ha desarrollado mucho más que en el libro anterior. Tras la sorpresa de descubrir que su jefa es toda una señora Fletcher encubierta, se ha adaptado muy bien a esa situación y ahora actúa desde las sombras como si lo hubiera hecho toda la vida.

Además, resulta divertido cómo al final, igual que en el libro anterior, los gallitos de los hombres, se arrojan las medallas, cuando todo lo que han descubierto ha sido gracias a la reina y su secretaria. Otro gran trabajo de su Majestad.

Déborah F. Muñoz